Comentario
La primera metalurgia del cobre se desarrolló en distintos lugares a la vez y de manera independiente, aunque las fechas más antiguas están documentadas en el Próximo Oriente durante el VI milenio a. C., e incluso antes. En estas regiones del mundo la evolución cultural producida a partir del proceso de neolitización fue muy rápida, llegando a configurarse unas sociedades urbanas de gran complejidad que Childe consideró como el mejor ejemplo de su revolución urbana, el segundo gran momento de prosperidad, después del Neolítico, por los que él creía que había pasado la Humanidad.
En los últimos niveles de la mayoría de los yacimientos neolíticos, durante las fechas indicadas, se detecta la presencia de pequeños objetos de adorno fabricados en cobre y, aunque su mera presencia no implica un cambio brusco de todo el conjunto cultural, poco a poco va aumentando su presencia en el contexto de transformación general que antes hemos mencionado.
Los ejemplos más antiguos proceden de la península de Anatolia, donde el yacimiento de Cayou Utepesi ha proporcionado finos alambres de cobre nativo, fabricados por martilleo en frío, en los niveles neolíticos del VII milenio a. C., en un ambiente todavía no claramente metalúrgico. Otro de los ejemplos anatólicos más significativos es el yacimiento de Çatal Hüyük, en el que se observa la evolución desde las etapas neolíticas hasta su conversión en un gran asentamiento en el que ya están presentes objetos de adorno de cobre en unión de restos de escorias, prueba ya de auténtica metalurgia, en el sexto milenio a. C.
Las costas sirias ofrecen yacimientos clásicos de ocupación continuada desde las fases neolíticas y, así, Ugarit o Biblos muestran una estructura constructiva prácticamente urbana en la que se documenta el uso de piezas de cobre y el comercio de objetos de oro y plata en el VI milenio. En la zona de Palestina, a pesar de que existen variaciones regionales, se observa un proceso parecido, caracterizado por su velocidad de evolución, aunque más de un milenio después; el último nivel neolítico de Jericó puede considerarse de contacto con el Calcolítico, por la presencia de objetos fabricados de cobre. En Mesopotamia también son numerosos los ejemplos de yacimientos tardíos neolíticos que con rapidez van introduciéndose en un mundo urbano donde poco tiempo después aparece ya la escritura y entra en la Historia.